Cuando comprendemos los principios de vibración nos queda claro que no
somos seres aislados, y que todo aquello que hacemos repercute en el
resto.
A modo de ejemplo
podríamos decir que la <<existencia>> es algo así como una
pieza de tela, tensa, estirada por todos sus extremos. Si dejamos caer
un objeto en cualquier parte de su superficie, la tela entera vibrará.
En las partes cercanas al lugar donde se recibió el impacto la vibración
o alteración será mayor, y en los puntos más alejados se sentirá en
menor intensidad. Sin embargo las vibraciones, aunque sean
imperceptibles para nuestros sentidos, llegarán a toda su extensión.
De la misma forma nuestras acciones, ya sean éstas en forma de
pensamientos, palabras o actos, repercuten a nuestro alrededor y más
allá. Muchos habrán oído hablar del famoso <<efecto
mariposa>>, con su conocida frase "si una mariposa en Hong Kong
bate sus alas, puede provocar una tempestad en Nueva York". Cualquiera
cosa que hagamos tendrá sus efectos y repercusiones, aunque escape a
nuestros sentidos.
La ley causa-efecto siempre opera, seamos
conscientes de ello o no, y al estar Todo conectado hemos de ser más
conscientes de que hasta los detalles más simples pueden tener notorias
consecuencias. Una mala palabra o acción puede desembocar en un efecto
en cadena con graves consecuencias.
Esto no debería ponernos en
una posición de <<miedo>> a la hora de expresarnos, de
sentir. Somos seres duales, por lo tanto está en nuestra naturaleza -en
esta dimensión dual- el sentir altas y bajas vibraciones. Para lo que
esta información debe realmente servirnos es para tener conciencia de
que lo que hacemos no se queda únicamente en nuestra realidad, sino que
se expande más allá.
Hemos de observarnos en toda situación que pueda generar negatividad, pues podemos ser los causantes, con las más simples
acciones, de hechos finales que si los conociésemos de antemano nos
haría pensarnos dos veces el actuar de una manera determinada. Pero
además este conocimiento ha de servirnos para algo mucho más
constructivo: todo aquel buen pensamiento/palabra/acto que realizamos
también tendrá sus consecuencias, su <<onda expansiva>>. Si
sonríes a un desconocido por la calle o le saludas, tal vez esa persona
piense o sienta que en este mundo existen aun las buenas personas, de
corazón, y eso le generé a él mismo el sonreír y saludar a otro
desconocido, extendiendo así una bonita vibración.
Sin
pretender esperar resultados determinados, nuestro papel más bien
debería ser el de actuar con conciencia en todo momento. No con miedo o
sentimiento de culpa de lo que podemos generar, sino más bien con la
responsabilidad de que al encontrarse todo conectado podemos tener una
influencia positiva o negativa en la realidad común de todas las
personas, no solo en la nuestra.
Con este conocimiento, ya queda en mano de cada uno el cómo se comporta, lo que genera con sus actitudes.
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