Es hora de permitir que se activen todos nuestros potenciales y capacidades como Seres Humanos.
Es hora de evolucionar hacia una percepción más amplia de ti mismo y del Universo.
Es hora de Re‐conectarte con tu Ser interno y multidimensional.
¿Es hora para ti?
Contactame !!!
Alejandra
aleportis@hotmail.com
¡Buenos días amigos!, el placer de reencontrarnos.
¡Buenos días amigos!, el placer de reencontrarnos.
Después de décadas de ejercer mi profesión, he llegado a una conclusión
que ustedes dirán que es muy obvia. Los médicos conocemos estas cosas,
pero habitualmente no las usamos como poderosas herramientas que sirven
para curar a los pacientes, y también para sanarlos.
Todos
sabemos que las enfermedades producen un desequilibrio en el estado de
armonía que vive nuestro ser, tanto en los aspectos físicos,
psicológicos, espirituales y sociales. Es una circunstancia que altera a
todos ellos, tal vez algunos más y a otros no tanto pero todo nuestro
ser comienza a funcionar mal. Ese desequilibrio tiene un correlato con
lo que pasa en nuestro cuerpo disminuyendo nuestras defensas, alterando
nuestras hormonas y perturbando mecanismos químicos imprescindibles del
buen funcionamiento orgánico.
En todo esto el cerebro ocupa un rol fundamental y las creencias otro
tanto. Cuando padecemos una enfermedad importante y grave que amenaza
nuestras vidas, nos damos cuenta que aún tenemos muchos capítulos sin
cerrar. Cosas que debemos reparar, redimensionar y ponerlas en su lugar,
donde no están ajenos los afectos. Nuestras relaciones deterioradas con
seres queridos, viejos amigos o alguna persona que otrora fue
importante en nuestras vidas.
En este momento resulta muy
importante reconciliarnos con nosotros mismos y también con los demás,
perdonarnos y armonizar nuestras vidas haciendo que la enfermedad pase a
un segundo plano y desaparezca la desesperación.
Las
dolencias graves, como cualquier otra situación importante que nos
desestabiliza, ponen al descubierto muchas falencias y cosas sin
resolver que todos tenemos. O sea, que además de sufrir el naufragio que
nos impone el mal que padecemos se ponen al descubierto las cosas
desagradables e inconclusas de nuestras existencias.
¿Para qué
nos sirve continuar viviendo si no podemos sentirnos plenos, en paz y
sabiendo que no hemos pasado en vano por este mundo?
Se ha
producido un mecanismo de retroalimentación entre este estado de
insatisfacción y la enfermedad que apareció: uno alimenta al otro y
viceversa. Hemos visto con brutalidad todo eso que teníamos oculto, se
ha puesto al descubierto y no podremos taparlo más. Por eso lloramos,
nos angustiamos y desesperamos, no por el solo hecho que podamos morir.
Es necesario quitar los rencores, los enojos y las culpas y lograr la
armonía y la paz que nos permite enfrentar con muchísimas más chances la
adversidad que significa estar enfermo. En tal sentido, la enfermedad
es una oportunidad para hacerlo, que no debemos despreciar.
Les deseo un día provechoso y productivo, mas damos más recibimos. Lo
dice la ley de la vida, y es muy anterior a la ley de la atracción. Un
cordial saludo y adelante, el mundo nos espera. Alberto 23-05-13
Gracias Doctor Alberto Cubero por sus reflexiones !!!.

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