Es hora de permitir que se activen todos nuestros potenciales y capacidades como Seres Humanos.
Es hora de evolucionar hacia una percepción más amplia de ti mismo y del Universo.
Es hora de Re‐conectarte con tu Ser interno y multidimensional.
¿Es hora para ti?
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Alejandra
aleportis@hotmail.com
ATREVERSE A SOLTAR
Nada fácil es decir Adiós, a los lugares, vínculos, personas, que nos
han enriquecido en el pasado. Desapegarnos es un acto de Amor, que
permitirá crecer y dejar de sufrir.
Muchos de nuestros momentos
de sufrimiento en la vida se relacionan con la imposibilidad de soltar.
Tememos dejar de ser quienes somos, si nos alejamos de una persona o si
ella se aparta de nosotros, aún cuando el vínculo que nos une haya
cumplido su función, haya completado su ciclo.
Nos da miedo quedarnos en el vacío, si dejamos un trabajo, aunque nos
provoque más prejuicios que beneficios. Tememos perder, hasta nuestra
identidad si nos mudamos de casa, de barrio, de ciudad o de país.
Nos aterra la muerte de los seres queridos que nos anteceden en la vida, y que por ley natural, partirán primero que nosotros.
Llegamos a convencernos de que somos lo que hacemos y que si dejamos de
hacerlo dejaremos de ser. Así las personas con quienes nos
relacionamos, incluso tenemos un vínculo amoroso, se convierten en
poderosas cadenas que atrapan nuestros tobillos y nos impiden avanzar en
el camino de la madurez, de la libertad, del desarrollo emocional y
espiritual.
“Saber soltar es una clave de la vida con sentido...”
Un buen adiós es aquel en el cual, incluso en el medio de la tristeza
de la despedida, podemos reconocer lo que nos nutrió y nos permite
sentirnos íntegros, después de soltar. Un buen adiós es entonces
sinónimo de desapego… y el desapego, al saber soltar es a menudo una
gran prueba de Amor. Cuando nos negamos a soltar, no es el Amor el que
predomina sino el temor al sufrimiento. No soltamos porque creemos
sufrir y sufrimos por no soltar.
En las situaciones de apego,
alguien sufre, sino somos nosotros, es el otro. Y cuando ese sufrimiento
se manifiesta, se reitera y se estaciona, es tiempo de soltar. Cuando
percibimos que en nuestra determinada relación, nos estamos estancando, y
que aunque intentemos algo diferente, el estancamiento perdura, es
momento de soltar.
Cuando el apego no tiene más razón que el
hábito y no aparecen propósitos que den sentido y trascendencia, es el
momento de soltar.
David Cisneros A

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