Dice el genial Krishnamurthi, que una relación
es sana, cuando ese contacto con el otro, saca de nosotros nuestra
belleza, nuestra luz, nuestra verdad, nuestro amor, nuestra generosidad,
la simpleza, el servicio, la entrega, el humor, la alegría y el entusiasmo de seguir creciendo juntos, complementando uno, lo que el otro no manifiesta aun y viceversa.
Pero si la relación con el otro, solo hace aflorar de nosotros, la
fealdad, la vulgaridad, la violencia, la manipulación, la carencia, la
demanda, la indiferencia, la frialdad, ese es decididamente un vínculo
enfermo.
Piensen durante un instante en esto, analicen las
relaciones claves de sus vidas primero, y luego vayan lentamente a las
más periféricas.
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