Es hora de permitir que se activen todos nuestros potenciales y capacidades como Seres Humanos.
Es hora de evolucionar hacia una percepción más amplia de ti mismo y del Universo.
Es hora de Re‐conectarte con tu Ser interno y multidimensional.
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Alejandra

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viernes, 30 de agosto de 2013

Sos Lo que pensas

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Se dice a menudo “eres lo que piensas”, lo cual no está alejado de la realidad. Porque a los pensamientos le siguen las palabras y a estas los hechos. O sea que definitivamente nuestro comportamiento se verá afectado por los pensamientos que alberga nuestra mente.

Existen muchas formas de clasificar a los pensamientos, una de ellas los divide en deductivos, inductivos, analíticos, creativos, instintivos, sistémicos, críticos, interrogativos y los pensamientos sociales.

Pero de forma esquemática y para que podamos entender cómo influyen en nuestras conductas, los ordenaremos de la siguiente forma:

1) Pensamientos automáticos
2) Pensamientos necesarios.
3) Pensamientos inútiles.
4) Pensamientos negativos.
5) Pensamientos positivos o saludables.

Hay que tener en cuenta que producimos entre 30.000 y 50.000 pensamientos en el día. Los automáticos, como su nombre lo indica son aquellos que aparecen espontáneamente frente a un disparador, pueden ser buenos o malos.

Lo pensamientos necesarios son aquellos con los cuales construimos nuestra vida diaria, la rutina: actividades para hoy, comidas, obligaciones, compromisos etc.
Los inútiles son aquello que no nos aportan nada, ni constructivo ni negativo. Generalmente están vinculados al pasado (si hubiese hecho esto o aquello…) o a cosas que no podemos cambiar. También existen pensamientos inútiles vinculados al futuro (¿Qué va a ocurrir si….? O ¿Cómo va a ocurrir…? Hay que tener en cuenta que la concentración se debilita cuando abundan estos pensamientos.

Los peores de todos son los pensamientos negativos, que generan una gran pérdida de paz y fuerza interior. Estos pensamientos no nos aportan nada saludable y están basados en emociones negativas como ira, avaricia, desacuerdos, envidias, celos etc. No solo no construyen nada positivo en nuestras vidas, sino que además siempre son difíciles de comprobar por la subjetividad con que están cargados.

Finalmente se halla la “perla” que todos deseamos tener, los pensamientos positivos. Estos son capaces de generar fuerza interior y son constructivos. Los pensamientos positivos no desconocen la realidad, sino que son capaces de encontrar alguna arista positiva a los problemas y esto puede traer aparejadas soluciones. Generan estados de bienestar que nos permiten ser tolerantes y comprensivos con los demás, y aceptarlos tal como son.

Todo esto tiene su correlato orgánico, los pensamientos positivos generan liberación de hormonas, mediadores químicos y neurotransmisores que provocan estados placenteros y aumentan nuestras defensas. Con ellos tomamos decisiones acertadas y nos volvemos más creativos.

CONVIERTE TU MENTE EN TU MEJOR AMIGO

Según la psicología cognitiva, no son los hechos los que nos generan los diferentes estados emocionales, sino el cómo interpretamos los acontecimientos.

Prueben hacer lo siguiente (es un ejercicio un poco tedioso al comienzo, luego se transforma en automático): traten de ver algo “bueno” dentro de una mala noticia.
También hay algunas técnicas que pueden ayudar a este propósito: 1) Las afirmaciones (las hay de muchos tipos de salud, bienestar, amor, autoestima etc.; 2) La visualización (llena tu casa de carteles que expresen el sentimiento que deseas o aquello que es bueno para vos; 3) La meditación (calla tu mente). Otra manera de hacerlos conscientes es anotar en una pequeña libreta las cosas que nos hacen sentir mal, y que tipo de sentimiento nos generan.

FELICIDAD Y GRATITUD

La psicología positiva nos enseña que ser feliz hace que se produzcan más cosas buenas en la vida de una persona, porque la felicidad hace que las personas obtengan resultados más positivos en todas las áreas de su vida y tengan también relaciones más satisfactorias. La felicidad trae más felicidad.

Mostrar gratitud mejora el bienestar, la satisfacción personal y la felicidad, aumenta la autoestima, incrementa la conducta ética y ayuda a afrontar el estrés, los traumas y la adversidad. Observar a otras personas hacer buenas acciones produce un estado llamado elevación, que te lleva a querer hacer cosas buenas a ti también.

El mejor día de tu vida es aquél en que te sientes competente, autónomo y conectado a otros.

Espero que este será uno de nuestros mejores días, les envió una abrazo de corazón a corazón. Alberto 30-08-13 Alberto Cubero , medico oncologo 



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