A veces categorizamos lo que consideramos momentos grandiosos,
felices y tristes. En cierto modo los dividimos en experiencias deseables
e indeseables.
No existen las experiencias indeseables si abres tu alma a ellas. Porque
en cada experiencia está el germen de la sabiduría increíble… si se
sabe cultivar, si se sabe reconocer.
Desechamos aquello que consideramos material inútil, sin mirarlo
con más detenimiento, sin reconocer el increíble conocimiento que
aporta cada experiencia. Somos muy críticos, y eso viene del ego. Todo
depende de hacia dónde enfocamos el telescopio, hacia dónde enfocamos
nuestra luz.
-Solomon habla sobre Reconectar tu vida-
-Ed. Obelisco-
-Capitulo 22-
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